Residencial conectado o aislado.
El autoconsumo residencial se puede dividir en autoconsumo conectado a la red o el aislado que sería que está desconectado de cualquier tipo de red. Además en ese autoconsumo puede ser que se vierta el excedente o no a la red.
El autoconsumo conectado a la red cuenta con 2 conexiones: una al sistema eléctrico de la vivienda y otra a la red proporcionada por la compañía suministradora de electricidad. En el caso de tener excedentes de energía, esta se vertería a la red obteniendo una compensación.
El autoconsumo aislado, que significa desconectarse totalmente de la red de distribución. En una instalación aislada, la energía se puede almacenar en baterías y el dueño de la misma puede disponer de ella en cualquier momento. En ciertos casos,las baterías no serían suficientes y sería necesario el uso de un generador eléctrico con lo que la inversión tendría que ser mayor al igual que el riesgo de quedarse sin electricidad, frente a quedarse conectado a la red.
Autoconsumo individual o compartido
El autoconsumo individual cuenta con su propia instalación y abastece a viviendas unifamiliares.
El autoconsumo compartido, como indica también su nombre, es cuando a la misma instalación están conectadas varias viviendas o una comunidad de vecinos.
Este tipo de instalaciones son menos comunes puesto que la medición del consumo de cada vivienda resulta complicada.
En las comunidades de vecinos donde hay un sistema instalado, se suele usar para zonas comunes como los pasillos del edificio, garajes o motores para la piscina.Por otro lado, el autoconsumo individual es el que abastece las viviendas unifamiliares.